“No hay tiempo que perder para llegar a un acuerdo climático; el mundo entero está mirándonos” fueron las palabras de apertura de Manuel Pulgar Vidal, Ministro de Medio Ambiente de Perú (país que lidera actualmente la Presidencia de la Conferencia de las Partes, o COP) durante la plenaria de inicio de la Conferencia de Cambio Climático de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en Bonn, Alemania.

Paraguay está representado por la Abog. Ethel Estigarribia, Directora de la Oficina Nacional de Cambio Climático de la Secretaria del Ambiente, el Embajador Ricardo Caballero, representante de la Ministerio de Relaciones Exteriores y miembro de la Comisión Nacional de Cambio Climático, así también los asesores que acompañaron a esta comitiva.

La reunión de negociadores de 195 países inició el lunes 19 de octubre con el objetivo de trabajar en el texto borrador que permitirá que en diciembre de 2015, en la COP21 de Paris, las negociaciones se agilicen y logren producir el esperado “Acuerdo climático global”, para evitar que el mundo sufra consecuencias catastróficas por efectos del cambio climático.

Resumen de la semana

– Primer día
El día de la apertura, los países miembros del grupo G77 y China, el cual representa a la mayoría de los países en desarrollo, y que incluye a países latinoamericanos como Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Uruguay, Argentina,mostraron su descontento con el texto borrador presentado por los copresidentes a cargo de facilitar las negociaciones. El grupo declaró que el texto no incluía sus prioridades, entre otros en materia de adaptación y financiamiento.

– Segundo día
Cuando parecía que todo volvía a la calma, luego de la generación de un nuevo borrador considerando también las propuestas del G77 y China, Japón objetó la presencia de observadores de la sociedad civil dentro del proceso de negociaciones, propuesta que tuvo el respaldo de los copresidentes de la sesión, con el fin de agilizar las discusiones. Países del G77 y China criticaron la decisión, que según declararon amenaza la transparencia del proceso, sin embargo, la decisión a la fecha aún no ha sido cambiada y los observadores se quedaron fuera de las salas de negociación.

– Tercer día
El miércoles 21, reclamos y conferencias de prensa en relación a la exclusión de los observadores continuaron en Bonn, mientras se seguían discutiendo los temas principales del borrador de acuerdo. Entre los puntos calientes de la agenda, resaltaron:
·La llamada “meta a largo plazo”, la cual plantea reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los países al 2050 y hasta al 2100, con el objetivo de que el planeta se mantenga por debajo de un incremento de temperatura global de 2 grados centígrados, sigue siendo discutida. Países como Estados Unidos incluso propusieron tratar este punto recién en diciembre con la presencia de los ministros, dado que estiman que en Bonn no se llegará a ningún acuerdo al respecto.
· Algo similar sucedió con el componente de financiamiento, debido a que no se llegó a un acuerdo sobre si la meta establecida para el 2020 – invertir 100 000 millones de dólares anuales en acciones climáticas – debería escalarse luego del 2020. Asimismo, un reporte de la OCDE sobre financiamiento climático, el cual indica que en el 2014 se movilizaron 62 000 millones de dólares, generó comentarios. Países como Sudáfrica expresaron no poder juzgar este reporte pues desconoce su veracidad.
·Aún se tiene incertidumbre sobre si el elemento de “daños y pérdidas” será considerado aparte del componente adaptación o no. Los países del G77 piden que sea considerado como un punto distinto a adaptación, por tratarse de impactos del cambio climático a los cuales no podríamos adaptarnos.

– Cuarto día
A un día de terminar la semana de negociaciones, se realizó una reunión abierta, es decir con presencia de observadores de la sociedad civil, para comunicar los resultados avanzados a la fecha. Sin dar detalles de cada elemento, los organizadores indicaron que se ha logrado un progreso en todos los elementos que integran el texto borrador. Países como Venezuela criticaron la ausencia de observadores en las reuniones y expresaron que si se continuaba trabajando como se ha trabajado esta semana, no estarían dispuestos a repetir una segunda vez “la misma película”. “Creo que esto podría ser un segundo Copenhague” afirmó la negociadora venezolana, en referencia al fracaso obtenido en la COP del 2009.